2009-03-13

A Capablanca, con cariño

Siempre la pelota como protagonista. Pero nuestra infancia estuvo lejos de tecnologías y adelantos, lejos de complejidades a la hora de la siesta y de peligros sin supervisión paterna. Aprendí a jugar al futbol cuando todo el mundo ya sabe, quedando ultimo o casi en las elecciones de los equipos, escuchando el eterno y cruel “y bueno, que venga Ariel para acá, que al menos corre mas que José…” pero entrando con ganas, sonriendo, y dispuesto a dejar lo poco que tenía en otra de esas que, se me antojaban a mi, eran enormes batallas.
-Doctor Cornero, tiene una llamada
-Gracias Ale, pásamela a mi interno.
-Como no doctor… luego lo espera el presidente del directorio para que lo atienda.
-Ok. Que me aguarde unos minutos.
-Hola doctor Cornero…
-Buenos días, dígame…
-¿Me?
-Huy boludo! ¡¡¡Ese es viejísimo!!!
-Ya sé… jajá. Como estás para volver a Capablanca?
-Siempre listo. Despacho al último y te llamo, así me confirmas.

Lo que para nosotros eran momentos épicos apenas si traspasaban las 12hs del medio día y ya en la escuela era un momento borroso. Volver a las aulas, a la incertidumbre de los noventas sobre nuestro posible futuro, al los encontronazos con el amor de los cuales siempre salíamos golpeados, necesitados de airbags emocionales ante semejantes choques a semejantes velocidades. Pero a esos golpes le debimos luego nuestro temple, nuestra experiencia y las cicatrices que no se ven, pero que recordamos siempre.
¿Hola?
-¿Con el señor Leonardo? Le hablo de la embajada del tercer Reich por un problema con su pasaporte para la zona de Prusia Oriental…
-Que haces, gay. ¿Que pasa?
-Como andás para volver a Capablanca?
-Ahora estoy con un cliente importante en Pergamino, pero en una hora vuelvo.
-Son 170km…
-Bueno, entonces en 45 estoy… jeje

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.
Eduardo Galeano
Y de eso se trataba, aunque no lo supiéramos. Era todo un caminar, encontrando joyas en la ruta. Leyendo diarios maravillosos del revolucionario, queriendo imitar nuestras vidas a su imagen, pensando en el ajedrez, pasando el tiempo en torno a charlas de café, metegol a 5 centavos y compartir. Siempre un tanto alejados, pero siempre volviendo con el resto, con quienes nos unía la amistad aunque no las ideas. Y con esas ideas pretendíamos cambiar todo, hasta la vejez y más también. Un arma magnífica en manos de quienes nunca nos rendiríamos, hasta la victoria, claro, siempre.
Mensaje de A.L.
Aceptar? Rechazar?
Aceptar…
Gay, como andás? Se que andás ocupado con la mudanza y los preparativos para encadenarte a tu esposa por toda la eternidad, je, pero como estás para volver a Capablanca? Uno mas, además de vos, y estamos todos… que decís?
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Tenía que entregar un par de participaciones… pero un día mas tarde que las entregue no hace nada. Estiro las cadenas un poco más y voy. Je… nos vemos ahí.

Ponerle de nombre Capablanca a un equipo de futbol era, como mínimo, de excluidos. El nombre de un famoso ajedrecista cubano para el deporte, quizás, menos clasista de los inventados, también era una contradicción. Pero así éramos entonces. Manifestando nuestras pasiones a cada paso. Nuestra ideología hasta para atarnos los cordones de los botines de futbol de salón. Paseando nuestra identidad por las baldosas de club Godoy… Corner había traído las camisetas que le había enviado su tío desde Méjico, donde jugaba para el Cruz Azul. Era ropa de verdaderos jugadores de futbol, algo que no alcanzábamos por el momento ni alcanzaría ninguno de nosotros a pesar de nuestros sueños.
Todos de blanco (¿que otro color nos quedaba?) cual caballero templario dispuesto a defender la camiseta como si del honor de una dama se tratara. Todo listo para jugar, las chicas mirando, los demás equipos también, las piernas temblando esperando el silbato, la energía apenas contenida, el ultimo segundo donde uno veía su interior y era consiente de su verdad. Cuanta adrenalina por algo tan simple… y a la vez tan importante.

-¡Permiso mi Sargento primero! ¡Tiene una llamada!
-Gracias cabo.
-Sargento primero Rojo al habla.
-¿Sargento trolo dijo?
-¡¡¡Que haces!!! Te dignaste a llamar, forro
-¿Todavía no te echaron esos alcahuetes de la oligarquía?
-Cállate boludo, que si te escuchan me hacen boleta, zurdo asqueroso.
-Je je. Che, este fin de semana venís para aca? ¿Te dan permiso de salida? ¿Casi esta reunido Capablanca… te enganchás?
-Si, ni hablar… ¿van todos?
-Si, solo falta confirmar vos.
-¡A la orden mi teniente! Ahí nos veremos…
-¿hay alguno de tus botones superiores escuchando?
-¡Si señor!
-Listo, nos vemos.

La derrota nos dolió mucho. No estábamos preparados para perder todo en unos minutos. Todo que no era nada, pero el rival no había echo tanto. Y nosotros nos dejamos dominar por la ansiedad, la necesidad de demostrar que éramos de verdad invencibles (mitos y mas mitos con los que darnos la cabeza contra la pared al verlos derrumbarse) y nos fuimos con ganas de llorar (yo lloré). Devolvimos las camisetas como si dejáramos a un amigo caído en combate. Casi ni nos miramos a la cara, a pesar de haber salido de la cancha tras haber dejado el último aliento. No hubo reproches, no era habitual en esos casos. Pero las gestas heroicas contra los más grandes jugadas meses atrás, no se repitieron. Y nos caímos de un pedestal que no debimos construir. Pero de ese material están echos los recuerdos, para que negarlo. Y las cosas son mucho mejor a medida que pasan los años o mucho más graciosas, cuando en su momento nos robó una mueca amarga y una desilusión. Con el tiempo valoramos ese sexto puesto. Y Nuestros verdugos se nos unieron al partido siguiente, con cara de derrotados y abatidos por no poder ser. Y ahí estábamos nosotros, dispuestos a hermanarnos en ese sentimiento.

-¿Che, como están para jugar? ¡Viejos arruinados! Muévanse un poco a ver si se desarman…
-¡Doctor Cornero! Me duele algo… ¿quiere ver?
-No, gracias… pedazo de puto.
-¿Sargento trajo el arma? Si estos nos ganan de nuevo, sáquela y le mete 3 tiros.
-¡La única forma de parar a estos pibes va a ser pegándoles un tiro a cada uno!
-¡¡¡Y Capaz nos ganan!!!
Dieciocho años después, las camisetas no nos entraban. Pero éramos más Capablancas que nunca.

LGS

11 comentarios:

Paula dijo...

Ya te leo, pero antes te pregunto: no te enteraste que figurás como "buscado"?
Besos!!

Gastón dijo...

Eso es pasión
(no sólo por la camiseta, sino por la juntada con los amigos)

Abrazo futboleros

Anónimo dijo...

GAY, que buen recuerdo. nunca ganamos nada con el equipo pero que corazón y que ganas de buen fútbol se proponía, aunque repartiamos murra como loco.

También me trae a la memoria el equipo que teniamos en el barrio, el Niza, jamas ganabamos nada pero que bien jugabamos. Colombia del 94,sin arcos. No pateabamos nunca pero llegabamos meta toque toque hasta el arquero.
Eramos la selección del barrio Alvear.

PD: te acordas la camiseta de KEMPES (del Valencia) que Cornerito le saco el escudo? DIOS, todavía no lo puedo creer.

CHILO

Paula dijo...

Excelente post!!! Mirá que te he leído, pero este, superó todo.
No se si es tu lesión, los antibióticos o qué, pero te pasaste.
Ese buscar a los "chicos", recordar el pasado.
Vi una peli, hace bastante, que unos chicos jugaban en una especie de potrero, luego cada uno hizo su vida, y a medida que hablaban de cada uno, desaparecían sus imágenes. En este caso, imaginé a esos chicos siendo "sacados" por esos adultos. ¡18 años después!
Querido amigo, te pasaste hoy.
Te mando un besote enorme, enorme; y hacete cargo, que te estamos buscando, jajaja.

Mariela Torres dijo...

Muy buen cuento, lo mejor que he leído últimamente.

Saludos.

LGS dijo...

Pau: gracias por la onda... como siempre!! ya se que si no te gusta lo dirías igual, pero gracias de todos modos. No me busques mas, ya estoy aca... jeje

Gastón: usted entendió la cosa, mi amigo. jeje. Gracias por pasar che. Abrazos futboleros tambien para vos.

Chilo: lo de la camiseta de Kempes si que fue un sacrilegio!!! Es cierto, no ganamos nada, pero eramos elegantes como el Madrid! De tu época del Niza, recuerdo al animal que escribió "Yuventus".

Mariela: Gracias! que venga de alguien que, como vos, escribe tambien es doble halago. Pero pensando tu comentario: leiste muy poco ultimamente? jeje
Saludos!

Laperraseescapó dijo...

Dieciocho años después sigue sintiéndose la misma emoción, no? El sentido de pertenencia, el volver a compartir con amigos experiencias que nos marcaron, el defender una camiseta con pasión y el disfrutar de jugar al futbol... Muchas cosas.
Muy buen post.
Espero que estés mejor y no te desaparezcas que provocás estragos, ché!
Besos al ángulo izquierdo.

Lola dijo...

Bien expresivo!, me imagine ciertas secuencias, y simplemente sonreí.
La remera blanco ala!
Beso beso.

bel! dijo...

La verdad que me encantó!


Abraxo!

Anónimo dijo...

Esa mezcla de pasado con presente (futuro?) es muy LOST.! Queda bien. Excelente.!!!(la serie y el post)
No será duro volver a jugar en el Godoy? Mirá que las rodillas (y los kilos) no son lo de antes, nos acostumbramos a jugar sobre un colchon de plumas. Me veo con los meñiscos rotos 15 minutos después de caminar la cancha... Jajaja.

LGS dijo...

Perrita: Si, sigue siendo lo mismo, aunque no hay competencia seria. Ya todo es por amor al arte, je. Por otro lado, exageraron con lo de la desaparición!!! creo qu eme dieron por difunto... beso!

Lola: Es que es una historia común a todos, mas allá del futbol. El reencuentro, los años, la alegria de verse... todo suma. Beso!

Bell: Gracias!!! me alegro de que te haya gustado. Siempre es un placer verte x acá.

Abaddón: No hables de kilos de mas que se pierde la mistica!!! Por otro lado, 15 minutos? tanto? y teniendo en cuenta lo resbaladizo, ni me quiero imaginar como pasariamos de largo. Le perdimos el tiempo al "maracaná du Godoy".
Que será de Mario Rojo??? Nos vemos, gay!