2008-12-24

Feliz Navidad


¡¡Para todos ustedes, una muy feliz navidad y que el 2009 colme sus expectativas y más!!!

LGS


2008-12-21

Versiones del éxito



"Para la ley italiana soy un enfermo mental. Cuando me quisieron meter a la colimba dije ¡No! Por eso estuve preso dos veces en la cárcel militar hasta que me agarró un médico y me dio el artículo 28b que quiere decir que sos un enfermo mental. El 28a era puto y el 28c drogadicto. A mí me pusieron la b y me avisaron que a partir de ese momento no iba a poder votar más ni laburar en empleo público. Me cagué de risa...¡qué éxito! "
Luca Prodan

2008-12-17

Ronquidos que adelgazan (¿?)

(1)

Según una nueva investigación de esas en las que uno se termina preguntando como puede ser que roben tan feo la plata, aparentemente quienes roncan más mientras duermen queman más calorías. El estudio estuvo echo en la Universidad de California donde se señaló que las personas que sufren apnea severa queman 373 calorías adicionales cada día, comparados con los que padecen apnea leve (ronquidos severos)
Soy de roncar mientras duermo. No lo quería aceptar, pero mi esposa me presentó pruebas irrefutables ya que me grabó con su telefono móvil. Igualmente, discuto la veracidad de las pruebas y he pedido un ADN.
Sucede que no me reconozco en esa serie de sonidos guturales que más parecen la respiración de un perro asmático luego de correr una liebre que un sonido proferido por mi.
De todas formas, no creo que sea tan cierto ya que parece que ronco como un animal pero no bajo de peso! Debería concientizarme en tratar de roncar más...
Para cerrar, y si se me permite un término un poco fuera de lugar o subido de tono: que al pedo está esta gente por favor!!!
Bueno gente, si esta noche se comen una chocotorta, no se olviden de roncar alto y fuerte que seguro mañana pierden esas calorías de más.

LGS

(1) La foto es una representación de mi amigo Abaddón en horario de oficina mientras hace ejercitación para bajar de peso según la Universidad de California.

2008-12-16

El fin de un ciclo

La verdad que es la primera vez que recibo tantos comentarios por un post, y agradezco.
La mayoría coincide conmigo, asi que no voy a responder por ahi ya que más o menos vamos para el mismo lado. Si, en cambio, voy a responder a Akasha. En determinado párrafo dice:"...Si cualquiera de nosotros pudiese, no haria millones a costa de los demas? no haria demagogia si es que la demagogia es lucrativa?..." No puedo responder por el resto porque no sé que harían, pero si respondo por mi: no, no lo haría. De hecho, las veces en que me he encontrado en posición de sacar ventaja sobre los demás no lo hice. Más adelante? No sé, no veo el futuro. Pero con esa postura tuya estarías convalidando el todo vale. Quiere decir que, plata de por medio, estaría bien cagarse en todos y en uno mismo? No creo que lo hayas pensado detenidamente. Por que? Bueno, que estemos acostumbrados a que nos caguen no significa que no podamos discernir de que manera nos cagan y, sobre todo, seguir entendiendo que no está bien que nos caguen. Me refiero a que existe la posibilidad de hacer dinero a costa de los demás (podrías vender droga o prostituir adolescentes? hay muchas opciones nefastas) pero no creo que, por dinero, elijas algo así. Volviendo a Pergolini, creo que él, dentro del medio (y como dijo JFK, dentro del sistema) insinuó una imagen, una tendencia hacia el lado contrario de lo establecido, poniendo por delante cuestiones que iban más alla del dinero; y lo que realmente desiluciona es que haya hecho lo que tanto criticó . Siempre preferí a Pergolini que a Tinelli, pero de este último nunca esperé nada porque nunca lo ofreció; en cambio Mario si lo hizo, y luego, por plata, se cagó en todo.
Tambien le respondo a Camm: Si comparamos a Pergolini con Tinelli, no hay punto de comparación, ya que Tinelli se valió de los más bajo e idiota para hacer dinero. Es decir, si comparás una Ferrari con un Ami 8, es obvio que va a ganar la Ferrari. La cosa no pasaba por ahi, pero guerra mediante entre ellos, incisto en resaltar que Tinelli es una elección donde uno sabe que no va a encontrar nada más que chiste barato y siliconas. En cambio Pergolini planteaba otras cosas. Y bueno, se retiró y está disfrutando de su dinero... el que hizo gracias a la mentira?

Gracias a todos x pasar y opinar.

LGS


Se fue Pergolini de CQC y, tambien, de la t.v. En su despedida dejó frases despectivas hacia la t.v. en general y hacia determinados rivales en particular. E intentó prometer no volver de no ser necesario... Nunca me gustó Pergolini salvo en sus comienzos. De toda la basura que anda dando vueltas por la t.v. el me pareció uno de los más jodidos ya que se llenaba la boca con un discurso de "hacer caer a quien sea" pero luego estaba tan inmerso en la basura y se contradecía constantemente. Su máximo rival, Marcelo Tinelli, si bien hace televisión altamente contaminante para la mente, siempre mantuvo su linea de hacerse el idiota y recaudar millones con el puterío mediático. No le he visto doble discurso (en realidad, no le vi discurso de ningún tipo, salvo demagogia) como si ha sido con Pergolini. No lamento que se haya ido ya que el ciclo continúa. Diferentes protagonistas mediante, espero que no cometan la idiotez de creernos imbéciles creyendo su discurso de adalides de la justicia. Vamos... los que lo pueden llegar a creer seguramente estarán mirando a Tinelli.

LGS

2008-12-13

Noche de sábado a las piñas



Cuando era chico (y a decir verdad, siendo bastante grande también) y me quedaba en casa los sábados a ver alguna película en la recientemente comprada vídeo reproductora Dream
descubrí unas comedias protagonizadas por un tipo que se parecía a mi viejo (gordo y barbudo) y a otro de ojos claros y rubio. Eran sencillamente entretenidas, con un humor bastante ácido, y no podían faltar los golpes. La primera que vi se llamaba "Juntos son dinamita" (un título horrible) y estaba protagonizada por Bud Spencer y Terence Hill. A partir de ahí, las alquilé todas y cada una de las películas que habia de ellos.
Me divertía, quizás, porque era el único cine que compartíamos con mi viejo riéndonos como locos al ver como el gordo y el flaco se agarraban inexorablemente a las piñas contra varias docenas de adversarios y ganaban, claro. El gordo era excepcional en sus golpes ya que no lo hacia con el puño cerrado sino que generalmente eran cachetazos o mazasos con el puño en la cabeza de su víctima de turno. El flaco era más estilizado y solía recibir algún golpe también (cosa que no le sucedía al gordo).
Investigando un poco descubrí que Bud Spencer se llama realmente Carlo Pedersoli y que fue campeón italiano de natación y deportista olímpico. También miré un poco acerca de Terence Hill cuyo verdadero nombre es Mario Girotti y tambien es italiano, como Bud.
Me gustó mucho una definición que dieron acerca de sus películas western donde decía que "...eran sus clásicas películas del oeste, con vaqueros y mamporros..." (mamporros = golpes a lo bestia!!!). Porque de eso se trataba en definitiva. Buscar un motivo y dirimir diferencias a los mamporrasos.
Siguiendo con los mamporros, cuando se conocieron Terence y Bud y filmaron su primera película juntos, adoptaron cada uno una personalidad que ya no cambiaría. En wikipedia dicen esto al respecto: "...Desde este momento, el papel de Terence Hill siempre será el de "pillo astuto" y el de Bud Spencer de "bruto bonachón y cascarrabias", en más de una docena de comedias llenas de peleas y mamporros..."
Sábado a la noche, pre adolescencia, cine con mi familia y muchos mamporros. De donde saque esa combinación?

LGS

2008-12-11

Sobre la complejidad femenina

La encuesta sobre que género es más facil de entender está en marcha y a propósito de ello, encontré el siguiente artículo en el diario sobre las mujeres y sus relaciones laborales. Quiero aclara que no lo busqué, solo lo vi en el diario apenas lo cargue en el Mozilla y me vino bien para ampliar un poco la encuesta realizada. Si alguien encuentra algo similar sobre el hombre y tiene ganas de pasarlo, lo posteo con gusto.
El artículo en cuestión dice lo siguiente:

Nido de víboras: las mujeres son más conflictivas que los hombres en el trabajo

En un relevamiento realizado por un sitio de internet, casi el 70% de los usuarios opinó que ellas son mucho más "histéricas" y "cizañeras" en lo laboralEl periódico online Diario Uno de Mendoza llegó a estas conclusiones luego de lanzar una encuesta en su página, de la que participaron 2.630 internautas.


De ellos, el 67% respondió que las mujeres son mucho más conflictivas que los hombres en el trabajo. En tanto, el 5% opinó que son ellos los más problemáticos, mientras que el 28% restante vio esta cualidad en ambos sexos.

Para Andrés Gottfried, psicólogo, estos resultados reflejan un prejuicio, ya que la naturaleza de las mujeres las lleva a buscar el reconocimiento y la aceptación, por lo que caen con frecuencia en la competencia, mientras que los hombres se orientan más a alcanzar prestigio, poder y honor.

Entonces, en la práctica, él va a trabajar en pos de sus objetivos, y si no los logra, lo superará rápido. En cambio, ellas "sufren más" los fracasos, y el período de curación es más largo, situación que influye en el grupo laboral y termina dividiéndolo.

Mi abuela siempre me dijo que me cuide de trabajar con mujeres, pero ella pertenecía a un época donde el papel de la mujer estaba relegado y, lo que es peor, estaban convencidas de que debía ser así. No obstante, el refrán dice que "el Diablo sabe por Diablo, pero más sabe por viejo..."

LGS

2008-12-09

Por que escribimos? II

Dolores Johanson
buena pregunta...en mi caso,la ruptura de una relación de bastante tiempo y el estar soltera unos meses en el q me cruce con especimenes varios, comenzaron a surgir cuestionamientos con respecto al sexo opuesto, las relaciones humanas, la posmodernidad...etc lo q me generó la necesidad de hacer catársis..Pero el punto clave fue una noche con una anécdota increible con un muchacho q me provocó escribir un cuento, de ahi otro y otro mas...y quise empezar a ver si alguien queria leerlos,angie mi amiga desde su rincon me incitoa hacerme un blog...y la verdad estoy mas q contenta con la experiencia. El cuento q dio oroigen a mi necesidad de escribir nunca lo publique, tendria q hacerlo en algun momento...bss

Lic_jasper
Escribo por que es el elixir que me motiva dia a dia, a veces con mas o menos frecuencia!
muchas veces pienso como vos, que soy un escritor frustrado, otras me siento capaz de expresar un pensamiento y la gran mayoria de las veces, es por que necesito saber que piensa la otra persona!

Dudo que quienes escribimos en un blog con moderada frecuencia, lo hagamos por algun sentido movilizado hacia el dinero, o para conseguir minitashhhhh (para eso estoy aprendiendo a tocar la guitarra)

Me parece que el motivo bloggero es conocer gente con pensamientos, algunos abiertos y otros encasillados, para abrirnos un poco la mente... o al menos esos son los blogs que frecuento!

Que tengas una gran semana!

Silvina
Yo empecé con el blog porque llegué del norte con la cabeza dada vuelta de la alegría y tenía que fosilizar de alguna forma eso que ya no sabía ni cómo gritarla a todo el mundo. Y bueno, estaba contenta.
Después fue tomando el tono con el que siempre escribí y con el que me manejé...así que no duró mucho la seriedad del blob.

También lo uso como borrador. Para seguir aprendiendo a escribir y demás cosas.

Después me sirvió para cosas inesperadas pero eso ya es otro tema.

Beso!!!!

Minerva
Empecé porque tenía muchos baches improductivos en la oficina y, al mismo tiempo, cosas que decir. Empezó como nada, algo muy chiquitito, y hoy siento que es mi lugar, algo propio, y me llena de satisfacción ver que cada vez más gente se copa y me sigue. Me encanta escribir. Supongo que comparto un poco lo de escritora frustrada y la catársis. Plata no creo que haga, pero en fin...

Lin
Para responder esa pregunta suelo buscar el primer post del blog antes de empezar a leer, eso suele funcionar. Como expliqué en mi blog, el mio es terapéutico. Es un intento de vaciarme en un lugar visible para poder entenderme mejor, compartir mis observaciones para sentirme menos loca y una forma de obligarme a escribir regularmente.

TEFI
en primer lugar, creo que por ser una escritora frustrada también...
en segundo lugar, estrategia de marketing... estas cosas sirven para promocionar lo que uno hace, en mi caso, teatro.

Abaddon
Que buena pregunta Mario.!...Digooo, Ariel...

En mi caso es una mezcla de todo: a 30 minutos de tiempo libre en el trabajo le agregamos una pisca de aburrimiento, revolvemos con un poco de "ver que es esto de tener un blog" y lo metemos al horno durante "el tiempo que pasa hasta que alguien nos deja un comentario"
Una vez cocinado, lo servimos con "el escritor frustrado que tenemos dentro" y vemos si está rico como para conseguir algunas amistades... (no digo minitas porque estoy seriamente relacionado con una mujer, madre de mi hija) jajaja.
De postre podemos preparar un "estoy podrido de esto y lo quiero decir" aunque sea medio fuerte, es "el granito de arena" o la frutilla del postre para un inconformista.

Rocío
Creo que básicamente por necesidad de expresión.

No digo nada interesante en mi blog, ni nada que vaya a cambiar el mundo... pero tal vez a alguien si le cambia un poquitito lo que escribo.
Relacionarse con gente, parecida a uno, y distinta a uno.

Escribir, aunque sea las huevadas que escribo yo, creo que te ayudan a conocerte más...

Silvina
Creo que todos tenemos un escritor frustrado dentro.

No es un poquito bueno eso?

Eric
Es mucho más que un poquito bueno.
Yo creo que escribo en un blog porque me gusta la inmediatez de la respuesta. Ahora, yendo a la pregunta más general, de por qué escribo... ahí no sé. Supongo que la vida sería un poco más gris si no pudiéramos escribir sobre ella, no?

2008-12-07

Por que escribimos?

Vi a Cumbio en la web con 20 millones de visitas y no entendí por que. No sé sino entendí o no puedo entender. Se que hay años luz generacionales separándonos, quizás ese sea el motivo.
Las imágenes, sé, pueden decir mucho más que todo lo que pueda escribir. Y ahi pensé en por que escribimos quienes tenemos un blog. Paula, la malvada dijo al respecto: "...para conseguir chicas" y puede que en algunos casos tenga razón, aunque hablando de hombres solamente o de chicas gays. Y el resto? Catarsis? Dinero? (porque se ve que dinero puede hacerse, sino preguntenle a la citada Cumbio que es la cara de una marca de zapatillas por tener el fotolog más visitado de Argentina), necesidad de notoriedad? Habría miles de razones circulando. Y me gustaría conocerlas. Por mi parte, soy un escritor frustrado, asi que canalizo por ahi. Y aprendo. La práctica hace al maestro, decía mi profesor de tenis de mesa y en eso tenía razón. Se puede alcanzar un grado más de mejora, pero el talento es innato.
Ustedes por que escriben? Los leo serguido, veo que ponen, que cuentan, que recuerdan, que crean y me llama la atención que los impulsa. Si se animan, respondan. Podemos esclarecer todo en conjunto, o sumar un par de lineas más a la gran pregunta.

LGS

2008-12-03

Gieco Querido! - Cantando al Leon



Otro disco de covers, este bastante reciente. Como siempre, y coincidiendo con mis gustos por ellos, un disco de temas de Gieco bastante bien logrado.
Si bien mi veta rockera me lleva más por otros caminos (dentro del mismo Gieco, León Gieco - Por partida triple Rock) este disco no deja de gustarme.
Adjunto también el link a rapidshare para bajarlo, por si tienen ganas.

LGS

Descarga

01. La colina de la vida (Las Pelotas)
02. Guitarra (Luis Alberto Spinetta)
03. Todos los días un poco (Mercedes Sosa)
04. Cinco siglos igual (Gustavo Santaolalla)
05. De igual a Igual (Los Tipitos)
06. Canción de amor para Francisca (Bersuit Vergarabat)
07. Familia Rodante (La Vela Puerca)
08. La Navidad de Luis (Jorge Rojas)
09. Cola de amor (Arbolito)
10. Mensajes del Alma (Raly Barrionuevo)
11. La cultura es la sonrisa (Los Nocheros)
12. La mamá de Jimmy (Smitten)
13. Hombres de hierro (Infierno 18)
14. La Memoria (Reincidentes)
15. I only ask of god (Solo le pido a Dios)(Outlandish)

2008-12-01

Nueva encuesta: La mujer es simple de entender? El hombre es simple de entender? Mejor no los entiendo a ninguno de los dos?

El tamaño es lo que importa

Se terminó la encuesta sobre el tamaño del pene. Todo comenzó porque he visto que mi post sobre el tema es el más visitado a nivel mundial lo que da que pensar. O bien hay mucha inseguridad masculina o esto se está degenerando.
El tema en si siempre ha sido de charla entre varones, donde se alaba a quien lo tiene grande con respetuosa admiración, luego uno se conforma pensando que no le debe durar una mina y, para cerrar, termina pensando en que el nuestro sirve y que peor sería tenerla como "el gordo Mario".
En el artículo que publiqué en el 2007 (menos mal que se trató del tamaño del pene
y no sobre sexo anal. De ser así, las visitas se hubiesen disparado) habla de 5cm como mínimo en cuanto a tamaño para lograr ponerse en contacto con las parte erógenas de la mujer y brindar satisfacción. Menos de eso, no sirve. El 49% de los votantes cree que el tamaño es determinante. Un 23% cree que no lo es y un 26% prefiero hablar de la destreza en el uso (más vale pequeña pero juguetona, dice el refrán...)
Pero en lo sexual juegan muchos más factores que lo físico. Por lo que me parece se le da demasiada importancia al tamaño.
No obstante, también soy hombre, y como a todo hombre, nos gustaría tener un miembro digno de una película XXX. Pero no todos somos afortunados en cuanto a eso.
De todas maneras me quedo tranquilo: no la tengo como el gordo Mario!!

Saludos! Gracias x votar.

LGS

Un adelanto de la próxima encuesta: siempre ha habido una seria discusión entre hombres y mujeres sobre lo sencillo de entender la psiquis de cada sexo. Un comentario de Minerva
sobre la sencillez de las mujeres y de lo fácil que sería entenderlas (Maitena no dice lo mismo precisamente) desató mi intriga sobre que pensarán los lectores del blog sobre el tema y, sobre todo, cuan sinceros serían al responder ya que es fácil caer en las falsas premisas del machismo y el feminismo.
Saludos nuevamente!

2008-11-27

Como conesguir chicas

Como dice el nombre del disco número 10 de Charly García, conseguir chicas ha sido la preocupación de todo hombre en sus distintas etapas de juventud. En la infancia, luego de superar la repugnancia causada por el sexo opuesto y la osadía de estas al pretender inmiscuirse en nuestros juegos, comenzamos a verlas de otra manera, y ya no importa si quieren patear un penal con la mano o que juguemos al elástico (no, no lo he hecho, pero tengo conocidos que si, para su desgracia...). Luego la adolescencia, donde desplegamos nuestras nóveles artes de seduccion cual pavo real desesperado mostrando su plumaje, con resultados inciertos... Superado el aprendizaje, nada se hace más sencillo. Sigue siendo igual de difícil ya que, aparentemente, somos de planetas distintos. 
Como dice la canción de Ceratti: "... no creerías las cosas que he hecho por ella..." y asi sucede. 
Escribir intentos de poesía, crear falsos mails y bombardear a la amada con cartas sin remitente, cantar al oido canciones en inglés, que escuchado por el resto de la humanidad podría provocar la quema en la hoguera del interesado, no proseguir una discución que pone en tela de juicio nuestros valores... todo y de todo se ha hecho por un poco de (y acá viene lo más dificil) amor? sexo? compañía? Puede ser uno de ellos, o todos.
Lo cierto es que, en homenaje a los intentos fallidos (la mayoría de las veces) y no tanto, propongo una estatua para el procer contemporaneo buscador de la forma de conseguir mujeres.
Espero que quienes hayan pasado por situaciones semejantes, apoyen la idea. 

LGS

Salve el rey Juan Carlos, eterno sacrificado por la causa!

2008-11-20

No a la pornografía infantil


Me sumo como D.Johanson y Angie a la iniciativa de escribir todos los parámetros de búsqueda posible que utilizan quienes navegan con el objetivo de encontrar pornografía infantil, para que ello les resulte más difícil.
Pocas cosas deben ser tan duras como ver la confianza de un menor deshecha al ser sometido sexualmente por un adulto. Peor aún si este utiliza dicho sometimiento para ganar dinero.
Mi repudio más grande hacia ellos y los buscadores de pornografía infantil.

"angels", "lolitas", "boylover", "preteens", "girllover", "childlover", "pedoboy", "boyboy", "fetishboy" o "feet boy"

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NO A TODA ESTA MIERDA!

LGS

Inmerso

Antes de publicar este relato, quiero aclarar algunas cosas. El término "GRASA" en nuestro país, hace referencia a una persona con poco estilo, carente de sofisticación, mal hablado si se quiere, con un exceso de exibicionismo hasta el punto de hacer el ridículo.
Por otro lado, esto me pasó. Sin que haya dobles lecturas, soy el protagonista del cuento.

Saludos!
LGS

La ginebra siempre hacía estragos. Hacia tiempo que me aburría la barra, pero seguía asistiendo, insistentemente, con dolor o pena, casi sufriendo. Pero no había nada mejor… y era demasiado poco. Así que rebajar la ginebra con un poco de menta y ver pasar las luciérnagas preparadas para su baile toda la noche. Me sabía muy murciélago entre tanto insecto.

La flaca tenía un nombre difícil, y nunca me acordaba. Así que era la flaca. Sin vueltas, sin posibilidad de confundirla con un amor pasado, era flaca y punto. Pero su delgadez no era obstáculo para su belleza. Y no podía evitar mirarla a los ojos. Ni quería hacerlo. Era el momento culmine de la noche… del día… de la semana. Para que mentir. Hacía rato que mis pensamientos más profundos giraban en torno a ella.

Era una época difícil para los sentimientos, sometimientos y aceptaciones en busca del amor. Así que trataba de mostrar esa fachada de no me importa, y hablar lo justo y necesario. Pero el torrente de palabras inspiradas surgían con la flaca, y sentía que sacaba lo mejor de mí de ese pozo oscuro en que se había convertido mi alma.

La noche en cuestión, luego de noches de insomnio e idas y vueltas, animarse y retractarse, morir y nacer, llegaba a su fin. Habíamos arreglado ir a otro lugar, así como al pasar, sin declaraciones jugadas, pero sabiendo la intención de fondo. Solo era cuestión de desarrollar el capullo en que se iba convirtiendo todo, así que seguimos charlando.

-De acá, si queres, vamos a papa´s… esta lindo el lugar.

-Bueno, dale… van los chicos?

-No creo… a ellos les gusta acá. No sé por que les gusta tanto.

-Y… por ahí el lugar, que se yo… la gente, poder ser uno sin que nadie te rompa…

-Demasiado profundo los motivos, creo que les gusta y no pueden dejar de venir.

No me pude contener, nunca en mi vida pude, y así me ha ido siempre.

-Flaca, que querés decir?

-Que son así, viven así, les gusta “esto”… si venís a papa`s conmigo vas a ver la diferencia.

-¿Por que? ¿Que diferencia?

-Hay otra gente, otro estilo… otro ambiente. No quiero sonar mal, pero esto…

-Pará, pará… yo vengo acá, mis amigos vienen acá: que querés decir?- aunque estaba claro que quería decir.

-Vos me gustás, pero lejos de acá.

Y yo sentí como me hervía la sangre. Como los latidos del corazón aumentaban a un ritmo galopante. Y solo la veía a ella, entre nieblas, desvaneciéndose su imagen como todo lo que había pensado. Podía irme, si, y seguir con lo planeado, ¿pero a costa de que? Y lo más grave, ¿con quien me estaba yendo?

Ahora que lo pienso, a la distancia, sin la ginebra, sin el calor y la falta de oxígeno, sin la buena música, sin los amigos, sin hablar del cambio que es posible, sin las utopías a las 6 am, sin el colectivo de vuelta, entre la gente de verdad… No, no era muy murciélago entre bichos, era murciélago entre murciélagos, nada más.

-Sabés flaca, entiendo lo que decís. Acá hay mucha “grasada”, mucho negro transpirado, mucho faso y mucho alcohol. Muchas ideas estúpidas y sin sentido. Seria bueno alejarme, si con eso me gano estar con vos…

La flaca sonreía, creyendomesuyo con solo desenfundar una sonrisa.

-Y si, es como vos decís flaca… hace tiempo que vengo pensando algo parecido, y para sentirme “como uno”, así nos vamos definitivamente a papa´s… te tengo que preguntar algo.

-Decime Ari

-Lees Cortázar?

-No, no se quien es…

-Entonces sos muy grasa para mi.

LGS

Nota: Sinceramente, en una época que creí mirar todo por encima del hombro... me resulto bueno volver a la realidad.

LGS

LGS

2008-11-19

Día del lector anónimo


Para todos los que entran a leer y dejan comentario, pero, sobre todo, para los que no lo hacen. Los que vienen y ven lo que uno llama "escribir", se lo bancan sin chistar y siguen su viaje sin inundarnos de los improperios largamente merecidos, para ellos este pequeño homenaje.
La idea es pasarlo, asi que si tenés entre 12 y 80 años, sos argentino nativo (o no, dal igual) y querés defender los soberanos portales de la patria... no, eso es el resultado de la propaganda de Gendarmería en los 80's... Vamos de nuevo. Si tenés blog y querés rendir un pequeño homenaje a los lectores anónimos, el banner previamente sacado de "La Memoria que Perdimos" sirve.

Saludos. Y gracias por venir.

LGS

2008-11-17

Fontanarrosa autentico (no una mala copia como yo... gracias Eric igual!!!)

Viejo con árbol, así se llama el cuento, me gustó desde la primera letra. Para quienes no lo leyeron, luego voy a poner el texto. Pero lo que más me llamó la atención fue el ver que había un video del mismo. Con Luis Brandoni como "el viejo" y no pude evitar el pensar en subirlo a mi blog. También hay na versión con audio solo, de Alejandro Apo, pero vamos! dejense de vaguear y ponganle un poco de dedicación al maestro.
Espero que les guste, al margen de su devoción, o no, por el fútbol.

LGS




Viejo con árbol

A un costado de la cancha había yuyales y, más allá, el terraplén del ferrocarril. Al otro costado, descampado y un árbol bastante miserable. Después las otras dos canchas, la chica y la principal. Y ahí, debajo de ese árbol, solía ubicarse el viejo.

Había aparecido unos cuantos partidos atrás, casi al comienzo del campeonato, con su gorra, la campera gris algo raída, la camisa blanca cerrada hasta el cuello y la radio portátil en la mano. Jubilado seguramente, no tendría nada que hacer los sábados por la tarde y se acercaba al complejo para ver los partidos de la Liga. Los muchachos primero pensaron que sería casualidad, pero al tercer sábado en que lo vieron junto al lateral ya pasaron a considerarlo hinchada propia. Porque el viejo bien podía ir a ver los otros dos partidos que se jugaban a la misma hora en las canchas de al lado, pero se quedaba ahí, debajo del árbol, siguiéndolos a ellos.

Era el único hincha legítimo que tenían, al margen de algunos pibes chiquitos; el hijo de Norberto, los dos de Gaona, el sobrino del Mosca, que desembarcaban en el predio con las mayores y corrían a meterse entre los cañaverales apenas bajaban de los autos.

—Ojo con la vía íalertaba siempre Jorge mientras se cambiaban.

—No pasan trenes, casi ítranquilizaba Norberto. Y era verdad, o pasaba uno cada muerte de obispo, lentamente y metiendo ruido.

—¿No vino la hinchada? íya preguntaban todos al llegar nomás, buscando al viejoí. ¿No vino la barra brava?

Y se reían. Pero el viejo no faltaba desde hacía varios sábados, firme debajo del árbol, casi elegante, con un cierto refinamiento en su postura erguida, la mano derecha en alto sosteniendo la radio minúscula, como quien sostiene un ramo de flores. Nadie lo conocía, no era amigo de ninguno de los muchachos.

—La vieja no lo debe soportar en la casa y lo manda para acá íbromeó alguno.

—Por ahí es amigo del referí —dijo otro. Pero sabían que el viejo hinchaba para ellos de alguna manera, moderadamente, porque lo habían visto aplaudir un par de partidos atrás, cuando le ganaron a Olimpia Seniors.

Y ahí, debajo del árbol, fue a tirarse el Soda cuando decidió dejarle su lugar a Eduardo, que estaba de suplente, al sentir que no daba más por el calor. Era verano y ese horario para jugar era una locura. Casi las tres de la tarde y el viejo ahí, fiel, a unos metros, mirando el partido. Cuando Eduardo entró a la cancha —casi a desgano, aprovechando para desperezarse— cuando levantó el brazo pidiéndole permiso al referíí, el Soda se derrumbó a la sombra del arbolito y quedó bastante cerca, como nunca lo había estado: el viejo no había cruzado jamás una palabra con nadie del equipo.

El Soda pudo apreciar entonces que tendría unos setenta años, era flaquito, bastante alto, pulcro y con sombra de barba. Escuchaba la radio con un auricular y en la otra mano sostenía un cigarrillo con plácida distinción.

—¿Está escuchando a Central Córdoba, maestro? —medio le gritó el Soda cuando recuperó el aliento, pero siempre recostado en el piso. El viejo giró para mirarlo. Negó con la cabeza y se quitó el auricular de la oreja.

—No ísonrió. Y pareció que la cosa quedaba ahí. El viejo volvió a mirar el partido, que estaba áspero y empatadoí. Música ídijo después, mirándolo de nuevo.

Algún tanguito? —probó el Soda.

—Un concierto. Hay un buen programa de música clásica a esta hora.

El Soda frunció el entrecejo. Ya tenía una buena anécdota para contarles a los muchachos y la cosa venía lo suficientemente interesante como para continuarla. Se levantó resoplando, se bajó las medias y caminó despacio hasta pararse al lado del viejo.

—Pero le gusta el fútbol —le dijo—. Por lo que veo.

El viejo aprobó enérgicamente con la cabeza, sin dejar de mirar el curso de la pelota, que iba y venía por el aire, rabiosa.

—Lo he jugado. Y, además, está muy emparentado con el arte —dictaminó después—. Muy emparentado.

El Soda lo miró, curioso. Sabía que seguiría hablando, y esperó.

—Mire usted nuestro arquero —efectivamente el viejo señaló a De León, que estudiaba el partido desde su arco, las manos en la cintura, todo un costado de la camiseta cubierto de tierra—. La continuidad de la nariz con la frente. La expansión pectoral. La curvatura de los muslos. La tensión en los dorsales —se quedó un momento en silencio, como para que el Soda apreciara aquello que él le mostraba—. Bueno... Eso, eso es la escultura...

El Soda adelantó la mandíbula y osciló levemente la cabeza, aprobando dubitativo.

—Vea usted —el viejo señaló ahora hacia el arco contrario, al que estaba por llegar un córner— el relumbrón intenso de las camisetas nuestras, amarillo cadmio y una veladura naranja por el sudor. El contraste con el azul de Prusia de las camisetas rivales, el casi violeta cardenalicio que asume también ese azul por la transpiración, los vivos blancos como trazos alocados. Las manchas ágiles ocres, pardas y sepias y Siena de los mulos, vivaces, dignas de un Bacon. Entrecierre los ojos y aprécielo así... Bueno... Eso, eso es la pintura.

Aún estaba el Soda con los ojos entrecerrados cuando al viejo arreció.

—Observe, observe usted esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro. El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del equilibrio... Bueno... Eso, eso es la danza...

El Soda procuraba estimular sus sentidos, pero sólo veía que los rivales se venían con todo, porfiados, y que la pelota no se alejaba del área defendida por De León.

—Y escuche usted, escuche usted... —lo acicateó el viejo, curvando con una mano el pabellón de la misma oreja donde había tenido el auricular de la radio y entusiasmado tal vez al encontrar, por fin, un interlocutor válido—... la percusión grave de la pelota cuando bota contra el piso, el chasquido de la suela de los botines sobre el césped, el fuelle quedo de la respiración agitada, el coro desparejo de los gritos, las órdenes, los alertas, los insultos de los muchachos y el pitazo agudo del referí... Bueno... Eso, eso es la música...

El Soda aprobó con la cabeza. Los muchachos no iban a creerle cuando él les contara aquella charla insólita con el viejo, luego del partido, si es que les quedaba algo de ánimo, porque la derrota se cernía sobre ellos como un ave oscura e implacable.

—Y vea usted a ese delantero... —señaló ahora el viejo, casi metiéndose en la cancha, algo más alterado—... ese delantero de ellos que se revuelca por el suelo como si lo hubiese picado una tarántula, mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro, bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia... Bueno... Eso, eso es el teatro.

El Soda se tomó la cabeza.

—¿Qué cobró? —balbuceó indignado.

—¿Cobró penal? —abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose apenas en la cancha—. ¿Qué cobrás? —gritó después, desaforado—. ¿Qué cobrás, referí y la reputísima madre que te parió?

El Soda lo miró atónito. Ante el grito del viejo parecía haberse olvidado repentinamente del penal injusto, de la derrota inminente y del mismo calor. El viejo estaba lívido mirando al área, pero enseguida se volvió hacia el Soda tratando de recomponerse, algo confuso, incómodo.

—...¿Y eso? —se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo.

—Y eso... —vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra—...Eso es el fútbol.

2008-11-16

Premios Nébula



Que me gusta la ciencia ficción no es ningun secreto. Sobre todo la clásica, es decir, de autores que están, en su mayoría, muertos. Asimov en el puesto superior del podio, seguido de Heinlein y Clarke. Luego todos los demás, según el libro que esté leyendo.
Hace poco encontré un post sobre los ganadores del premio Nébula y sus respectivos escritos. Para quienes no lo saben, el premio Nébula es un premio concedido desde 1965 por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA). Aunque no tiene asociada una cantidad de dinero, y el premio mismo es sencillo (un bloque transparente con una nebulosa incrustada brillante), las editoriales no suelen dejar de mencionar que una novela ha obtenido este galardón toda vez que sirve como marca de reconocimiento de otros escritores del gremio y sirve, al igual que el premio Hugo, para aumentar las ventas de la obra. De hecho, se considera uno de los premios más importantes de la ciencia ficción.
He leido algunos de los ganadores de este premio y no me han defraudado en absoluto. Si a este le sumamos haber ganado el premio Hugo, la calidad de la obra es superior.
Para quienes estén interesados, dejo unos links para descargar algunos de los libros ganadores en formato E-book y, para quienes quieran conseguirlos en papel, la lista de los ganadores desde su comienzo.

LGS

Premios Nébula 1965 a 1969
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Premios Nébula 1970 a 1975
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Premios Nébula 1976 a 1980
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Premios Nébula 1981 a 1985
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Premios Nébula 1986 a 1992 (excepto 1989)
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Premios Nébula 1993, 1998 y 2000
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Premios Nébula 2002 a 2004
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1965 Frank Herbert (EEUU, 1920-1986) por Dune
1966 Daniel Keyes (EEUU, 1927) por Flores para Algernon
Samuel R. Delany (EEUU, 1942) por Babel-17
1967 Samuel R. Delany (EEUU, 1942) por La intersección de Einstein
1968 Alexei Panshin (EEUU, 1940) por Rito de iniciación
1969 Ursula K. Le Guin (EEUU, 1929) por La mano izquierda de la oscuridad
1970 Larry Niven (EEUU, 1938) por Mundo anillo
1971 Robert Silverberg (EEUU, 1935) por Tiempo de cambios
1972 Isaac Asimov (EEUU, 1920-1992) por Los propios dioses
1973 Arthur C. Clarke (Gran Bretaña, 1917-2008) por Cita con Rama
1974 Ursula K. Le Guin (EEUU, 1929) por Los desposeídos
1975 Joe Haldeman (EEUU, 1943) por La guerra interminable
1976 Frederik Pohl (EEUU, 1919) por Homo Plus
1977 Frederik Pohl (EEUU, 1919) por Pórtico
1978 Vonda N. McIntyre (EEUU, 1948) por Serpiente del sueño
1979 Arthur C. Clarke (Gran Bretaña, 1917-2008) por Las fuentes del Paraíso
1980 Gregory Benford (EEUU, 1941) por Cronopaisaje
1981 Gene Wolfe (EEUU, 1931) por La garra del conciliador
1982 Michael Bishop (EEUU, 1945) por Sólo un enemigo: el tiempo
1983 David Brin (EEUU, 1950) por Marea estelar
1984 William Gibson (EEUU, 1948) por Neuromante
1985 Orson Scott Card (EEUU, 1951) por El juego de Ender
1986 Orson Scott Card (EEUU, 1951) por La voz de los muertos
1987 Pat Murphy (EEUU, 1955) por La mujer que caía
1988 Lois McMaster Bujold (EEUU, 1949) por En caída libre
1989 Elizabeth Ann Scarborough (EEUU, 1947) por The Healer s War
1990 Ursula K. Le Guin (EEUU, 1929) por Tehanu: The Last Book of Earthsea
1991 Michael Swanwick (EEUU, 1950) por Las estaciones de las mareas
1992 Connie Willis (EEUU, 1945) por El libro del Día del Juicio Final
1993 Kim Stanley Robinson (EEUU, 1952) por Marte Rojo
1994 Greg Bear (EEUU, 1951) por Marte se mueve
1995 Robert J. Sawyer (Canadá, 1960) por El experimento terminal
1996 Nicola Griffith (Gran Bretaña, 1960) por Río Lento
1997 Vonda N. McIntyre (EEUU, 1948) por La luna y el sol
1998 Joe Haldeman (EEUU, 1943) por Paz interminable
1999 Octavia E. Butler (EEUU, 1947) por Parable of the Talents
2000 Greg Bear (EEUU, 1951) por La radio de Darwin
2001 Catherine Asaro (EEUU, 1958) por Rosa Cuántica
2002 Neil Gaiman (Gran Bretaña, 1960) por American Gods
2003 Elizabeth Moon (EEUU, 1945) por La velocidad de la oscuridad
2004 Lois McMaster Bujold (EEUU, 1949) por Paladín de almas
2005 Joe Haldeman (EEUU, 1943) por Camuflaje
2006 Jack McDevitt (EEUU, 1935) por Seeker

2008-11-07

Los dos leones - Parte III

“Estoy vencido porque el mundo me hizo así, no puedo cambiar…”
César


Se me venía el mundo encima. Yo quería que Ana me viera, pero ahora no sabía si salir corriendo o que. El empate de ellos llegó en nuestro peor momento, con Huey y Chilo cambiando el aire como si fuera su último suspiro, al cual se aferraban a la vida. Con Antenita perdiendo el invicto y la confianza. El resto solo mirábamos con terror. Nada, pero nada de lo que hicimos pudo detener a Miguel. Es cierto que no era mucho, pero nos sentíamos jugadores. No estábamos pavoneando con nuestros resultados y ahora eso nos jugaba en contra, nos agregaba presión y para mi era tener el Everest sobre los hombros.
¿Para que luchar contra lo inevitable? La letra de la cancion de Andres Calamaro se sumaba a mi desconcierto mental y la frase de su estribillo daba vueltas y vueltas en mi atormentado cerebro. ¿Si estaba vencido antes de empezar, para que seguir? Para que tratar de postergar lo inevitable, lo que siempre, a fin de cuentas, terminaba sucediendo. Hacer el ridículo, que todos se rían y luego la lástima. El -pobre idiota, nunca va a aprender- estaba más cerca que nunca. Pero bueno, si va a pasar lo de siempre, que pase. Espero que Ana sepa valorar el esfuerzo.
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La señora De Perro observaba con su mirada glacial. Ojos azules, cabello rubio, más de un metro setenta de estatura, era una mezcla de alguna diosa nórdica con una tropa de asalto alemana de la segunda guerra mundial. E impartía disciplina con el mismo rigor de soldado. Estaba en el patio, junto al rector, Coco, algunos preceptores y todos los chicos de los años menores.
-Sr César, este viernes usted tiene que participar del acto inter-escuelas. No se olvide que es el abanderado, que representa algo importante, por más que le digan lo contrario, por más que haya quienes no crean en usted.
Yo no creía lo que estaba escuchando. Había corrido como loco junto a Chilo y el oxígeno (o la falta de él) me estaba haciendo ver alucinaciones. ¿La señora De Perro que, creíamos, no le había sonreído en su vida ni a su propio padre, estaba alentando a Cesar?
Lo miré a Chilo, pero estaba ocupado tratando de ordenar el partido. No se lo que dijo, porque los gritos de los chicos eran ensordecedores. Otro factor que me hacia dudar de lo que creí haber escuchado. Me acerque a Antenita y le dije que se quedara tranquilo, que era lógico que alguien nos hiciera un gol. Que no se preocupara más que de atajar, que con Chilo íbamos a dejar todo en este tramo. Y los otros chicos también iban a apoyar. No se si le llegó, pero se paró firme en el arco, como si se enfrentara a un peloton de fusilamiento.
-Señores, este es el último partido – nos advirtió Coco – luego entran los de primero a hacer gimnasia. Pero viendo que están empatados contra los chicos estudiosos – y se le notaba un tono jocoso en lo que decia- vamos a esperar los diez minutos o al que haga el primer gol.
Me dio bronca, odio… primero creí que porque me había metido en el grupo de los nerds con eso de “los estudiosos”, pero luego me di cuenta que eso no me interesaba ya. Me había dolido que tratara con tanto desdén a los chicos que se habían roto el alma para ponerse a la altura de los jugadores, de la circunstancia. Si siempre había dejado todo en la cancha, hoy iba a ser como nunca. Hoy yo, Huey, iba a jugar con mi hermano gemelo dentro del campo.  Chilo estaba pensando algo similar, porque cuando sonó el silbato (Coco quería protagonismo y se posicionaba como referí) salió con su velocidad habitual a marcar. Yo también salí, pero a marcarlo a Miguel. Charangus puso el pecho y se arrimó a Germancito, quien le sacaba varias cabezas de ventaja. Daba pena ver lo que, parecía de antemano, una lucha definida en contra del artista del golpe.
Miguel estaba con una sombra, la mía (y la de mi hermano gemelo si fuera necesario), pegada a su nuca. Haciéndole sentir que no iba a salir entero de ahí. Chilo presionaba y presionaba sin darse un respiro. César, pálido, buscaba la mejor forma de parar los embates de Leonardo, un eximio jugador de ajedrez, parco, pausado, pero que le pegaba tremendamente fuerte, y marcaba con más fuerza, sin miedo a golpear como el fútbol demanda.
Primera pelota que paró y le dio al arco con dirección. Tengo que admitir que no confié en César, ni me imaginé lo que iba a suceder. Pero se tiró a los pies y paro la pelota. Le quedó ahí nomás (todos estábamos atónitos ante semejante movimiento de su parte) e hizo lo suyo. La tiró para adelante.
Chilo la corrió dejando a Germancito, el dios nordico, parado. Llegó con lo justo y cuando todos esperábamos el remate fuerte, la picó por arriba del Gato. Este No se como hizo, pero voló hacia atrás de forma poco ortodoxa y, con la punta de los dedos, la sacó. Le cayó a Leonardo, que había vuelto, y salió para adelante. Yo lo seguía a Miguel, quien con su experiencia me paseaba por toda la cancha, menos por donde estaba la pelota. Charangus le salió al cruce con furia no contenida. Leo la pasó a Yiyo, quien quedó mano a mano con Ayudante. Lo dejó en el camino con una buena bicicleta y, mientras la tribuna rugía, le dio al arco de derecha. Antenita estaba tocado. El gol le había quitado fe; casi no reaccionó y vio pasar la pelota hacia el fondo de la red.  pedí por favor que no entrara. Pegó en el palo con un estruendo que fue el detonador de un alarido de frustracion por parte de quienes estaban afuera, derrotados por nosotros. Vino el saque de arco y me la tiraron a mí, pero quedé enredado entre Germancito y Miguel, que me estaba devolviendo el favor de la marca.
De esos siete minutos restantes recuerdo seis de marca, quite, fricción. Lucha y màs lucha.  De César dejando la vida en cada pelota que le pasaba cerca, ensuciando el uniforme de gimnasia que le duraba desde primero, ya que nunca se había sentado siquiera en el césped. Algo había escuchado sobre su madre ultra creyente y de cómo lo reprimian en su casa. Pero ese día no parecía que la mirada materna, de haber estado, lo intimidara. Corría, transpiraba, se arrojaba con decisión, y hasta nos arengaba.
-Huey, dale, metele. Dale que vos podes. Chilo, quedate arriba así los preocupas- nos susurraba cuando nos pasaba cerca. Era lo que necesitábamos escuchar, lo que queríamos decir, pero por el esfuerzo no podíamos emitir sonido. César parecia un mariscal de campo. Con Chilo nos miramos y sonreímos. No había burla en nuestras risas. Estábamos contentos de verlos así. Porque los tres metían esfuerzo como poseídos por el furor del momento. Y Antenita estaba recuperando su forma. Sacó varios pelotazos de Leonardo que, de haber sido un día normal, habrían entrado.
-Ultimo minuto chicos – nos avisó Coco. – Si termina así, así se queda. No hay penales.
Era dar todo por un minuto más. Lo poco que quedaba, pero sin mezquindad. Yo pensaba que teníamos que tener una más, por tanto esfuerzo, tanto valor. No me equivocaba. Pero no iba a llegar como la lógica dictaba, porque ese día la lógica estaba en algún aula de alguna otra escuela, pero no en ese campo.
Chilo estaba tirado atrás, conmigo, haciendo zona. Una y otra vez me repetia: -concentrado Huey, dale que no pasan mas por aca!!!
 Los chicos por delante de nuestra línea, eran la primera defensa, los que se lanzaba sin pensarlo, los que perseguían, se sacrificaban y nos dejaban a los atacantes medio rendidos a nuestros pies. Pero eso tenía su lado negativo, ya que no podíamos salir al ataque. Todo en ofensiva quedaba supeditado a lo que pudieran hacer Ayudante, Charangus y César. Y no era mucho realmente.
Creo que fue la ultima jugada (y si quedaba más tiempo nunca lo supe) con Miguel desparramando habilidad por el campo, encarando y dejando en el camino a Charangus. Me tocaba a mi interceptarlo, escalonado en la marca. Dolido en mi pierna izquierda por un patadón de Leonardo, fui con mis últimos recursos. La tiró larga, sobre mi derecha (mi lado flojo) y cuando me había sacado un metro le pegó con fuerza. Pero yo lo había adivinado y ya estaba derrapando. Llegué con lo justo, pero no a golpearlo. Pude interceptar el pelotazo con la rodilla, por lo que no fue al arco sino que se levantó unos tres metros hacia arriba.
Ahí venía a la carga Germancito, con toda su fuerza de granadero en pleno combate de San Lorenzo y la inercia resultante de semejante carga, a cabecear. Estaban todos lejos, con pocas posibilidades de llegar. Un cabezazo desde ahí era como un penal con la cabeza. Para colmo de males, Antenita había resbalado al querer salir por lo que no hubiese llegado con el salto. Era el fin, un gol casi hecho sin que importara nuestro amor propio o nuestro esfuerzo. Pero resulto que ese “gol casi hecho” y no “hecho del todo” lo posibilitó Chilo. Llegó a toda velocidad, lo máximo que se podía esperar de él, lo que nos había hecho ganar la posta de 4 por cien metros en los intercolegiales. Apareció como una exalacion, como si sobre un rayo desplazara, pero no fue a cortar la pelota. Hizo algo que le valió dolor y sufrimiento; chocó contra Germancito para evitar que este cabeceara con firmeza. Y le fue mal en lo físico, porque hasta el día de hoy recuerda la semana que paso quejandose del dolor. La pelota quedó boyando y Charangus la reventó, presa del pánico (todos sufrimos en esos segundos de incertidumbre) hacia adelante. Por ahí estaba Cesar, a quien le cayó la número 5, mansa a sus pies.
No quiero omitir nada en honor a la gesta deportiva; pero, sobre todo, en honor a César.
Salió despedido hacia adelante, con ese tranco cansino que no se lo daba la tranquilidad sino la falta de actividad física. Nunca supe si era zurdo o derecho (el se había acomodado por la izquierda al comenzar…) pero llevó la pelota bien cerca suyo, cuidándola como a un hijo pequeño. Y corrió, corrió sin mirar una sola vez hacia atrás, sin pensar si estaba vencido o no, sin escuchar los gritos de afuera, las burlas, los reproches de su madre que le darían vueltas en la conciencia, sin importarle si llegaría entero al acto del viernes. Con una idea fija en su mente. La de ser un León. Así enfrento al arquero, que había sacado todo lo que le habíamos tirado con Chilo, que estaba seguro de si mismo. El corazón me latía de forma ensordecedora pero igual corrí un poco hacia adelante, y eso me permitió ver lo que pasó.
César enfrentando al Gato. David y Goliat es una imagen trillada, pero no creo que estuviese muy lejos de la realidad. Puso el pie izquierdo, sin mucha fuerza, apenas tocando la pelota bien abajo y se la levantó por encima del cuerpo. La pelota iba bien, al arco seguro. Me permití una esperanza, pequeña,  incrédula, pero esperanza al fin. Y vi como iba comenzando a bajar detrás del arquero, sin oposición. Pero Leonardo había llegado casi con lo justo. Si bien no podía alcanzar la pelota de cabeza sin riesgo de meterla él mismo (o romperse la cabeza contra el travesaño), aun le quedaba un recurso. Tiró una chilena con un movimiento grácil, elevándose como si careciera de peso, con la pierna izquierda en alto, el movimiento de la derecha comenzando de abajo, yendo al encuentro de la pelota para sacarla con furia e interrumpir la parabola que tenia destino de gol. Venia volando, literalmente, a riesgo de su físico. A punto de lograr su cometido.
Entonces sucedió lo que mis ojos me mostraron pero la razon siempre se nego a creer. Yo estaba con un sentimiento de desesperanza insoportable, no queriendo admitir que la realidad nos demostraba lo lejos que estábamos de lograr el milagro, cuando vi sobre el travesaño dos figuras aladas, de manos y pies regordetas, imágenes vivas de la inocencia, sentadas una al lado de la otra. Pero luego, al mirar sus ojos, vi un brillo ladino, picaresco, a punto de alguna travesura. El más pequeño de los dos se apiadó de César, y cuando Leonardo estaba por darle a la pelota, en el fin de su vuelo vengador, el querubín la elevó con una de sus frágiles manos, haciendo estéril el esfuerzo y dejando que, por fin, en ese momento que pareció un siglo, en ese instante que se condensaba en el latido de un corazón, entrara la pelota dentro del arco para convertirse en gol.
.

La explosión de la gente fue un trueno. Pensé que la pelota no iba a entrar, que Leonardo iba a llegar con semejante esfuerzo. Pero de la forma que le había pegado tenía que ser gol. Jamás pensé que me iba a salir, pero ahí estaba volando la pelota, yendo hacia donde yo pretendía y, en último momento, esquivando milagrosamente al defensor para ir a descansar contra la red. Todos entraron corriendo a la cancha, a festejar con nosotros. Yo estaba debajo de la montaña de gente compuesta por Chilo, Antenita, Ayudante y Charangus. Huey estaba inmovilizado mirándonos, como no atreviéndose a creer, con más temor que yo de despertar. Pero no estábamos dormidos y, entre los aplausos de la señora De Perrone (había lágrimas en sus ojos, aunque ella siempre lo negó) las risas de Coco y los celadores, salí de debajo de la montaña e inicié otra, con Huey como base. Le contagié la risa y ya estaba gritando – ¡Vamos carajo!- una y otra vez.
El Pasa, mi mejor amigo, una enciclopedia del fútbol pero que nunca había jugado más de cinco minutos, vino corriendo a buscarme. Compartimos la alegría con un abrazo interminable. Lo que para otro no era más que un partido, para mí (y él lo sabía) era una historia para recordar por el resto de nuestras vidas. Nos fuimos juntos con Chilo y Huey, caminando a nuestras casas. Para donde miráramos veíamos chicos de otros cursos que nos miraban y comentaban como si de un partido legendario se tratara, como si fuera la final del mundo. Creo que todos sabían quienes éramos y en que nos habíamos convertido.
Hoy metieron como leones – nos dijo Huey.
¡Se graduaron de Leones! – Agregó Chilo – Si hay que seguir jugando, búsquenme que juego con ustedes sin pensarlo – alcanzó a gritar mientras se subía al quince negro, el colectivo que lo dejaba cerca de su casa.
Huey se separó de nosotros unas cuadras mas adelante, nos saludó y nos expresó tambien su lealtad. Nunca volvimos a jugar con ellos. Nunca se dio, y eso que nos buscaron. ¿Pero que podía superar aquello? Creo que nunca más jugué para no arruinar el recuerdo de ese dìa.
Cuando nos quedamos solos con Pasa, no soporté más la incertidumbre y le pregunté lo que me estaba anudando la garganta, lo único que creí me importaba en ese momento. Y lo que solo a él me había atrevido a confesarle.
-Pasa, ella me vio hacer el gol? te dijo algo?
- Hace dos semanas que no viene a la escuela. Tiene varicela. La madre le conto a mi vieja... hey, me escuchaste, boludo? me escuchas, Leon?
-Si… dale, vamos a almorzar. Che, gracias por lo de León.
LGS

2008-11-04

Pensando en nada

Viajando todo el día. El sol empieza a pegar y no se si de aliucinaciones se trata. Gente hablando sola, corriendo, sin percibir el mundo alrededor. Chicos en cada esquina, ofreciendo agua y detergente, revoleando pinos, simplemente estando donde no deberían estar.
El calor se acentúa y ya no trato de buscar explicaciones ni motivos. Ellos se funden en un solo que subyace detrás de toda conciencia, el motivo mayor, seguir y seguir...
La radio me satura a veces, demasiada gente hablando que se suma al bullcicio general. Hablando sin decir nada, pero tampoco queriendo escuchar demasiado. Se repiten los mismos acordes sin sentido, mientras el mundo paga por lo que le llevo.
Y, cuando el sol está en el cenit, la ciudad parece vaciarse. Viejas tradiciones de siesta pueblerina hacen que todos corran a refugiarse durante las horas más agobiantes (y eso que esto recién comienza) por lo que me quedo solo. No hay nada para disfrutar en esa soledad de asfalto... el agua y el detergente siguen ahi, pero a la sombra. Es hora de volver a casa, como siempre, como todos los días, como nunca.
Detrás del volante, pensando en nada.

LGS

Encuesta sobre el racismo

Pasó nomàs otra encuesta. El tema tratado es bien delicado, ya que no solo de racismo se trata, sino de otras tantas actitudes que vienen detrás. Superioridad, soberbia y, por que no, fascismo (siempre presente).
La mayoría de la gente ha sido sincera admitiendo ser decididamente racista (un 30%) y un 48% que de vez en cuando algo se le escapa. Sin ir muy lejos con los ejemplos, me he visto cantando en la tribuna de mi muy amado Rosario Central acerca de matar negros, bolivianos y paraguayos.... de lo cual, cuando razono, me averguenzo.
Hubo quienes afirmaron no cometer un acto racista jamás a quienes, de ser verdad, los admiro (un 11% de los votantes). Luego, fanatismos religiosos al margen, y muy de cerca, un 9% dice amar a todas las criaturas del señor. Lo que debe incluir a asesinos, violadores, vendedores de droga, políticos, jugadores de futbol, ex milicos represores... evidentemente la palabra "todas" es muy abarcativa.
Agradezco la molestia de quienes votaron y los animo a votar en la próxima encuesta (la cual explicaré sus motivos al finalizar, claro) que versará sobre el tamaño del pene y si esto (el tamaño) es determinante en una relación sexual.

Gracias x entrar.

LGS

2008-10-28

Los dos leones - Parte II

- ¿Que pueden hacer semejantes marmotas? – dijo Coco, el profesor de gimnasia. Nos conocía desde los 12 años cuando entramos al colegio y ya sabía nuestras posibilidades de triunfar en el medio deportivo – ¿Piensan hacer reír a toda la escuela? - continuo despiadadamente, aunque con bastante gracia a juzgar por las risas que se oyeron.
Yo sentía las miradas clavadas en nosotros, mientras entrábamos al tranquito a la cancha, ojos fijos en nuestras nucas y en nuestros poco estilizados cuerpos. Pero no me importaba, alguien entre las chicas estaba ahí, mirando nuestra entrada, y yo me paseaba como un pavo real. Se darán cuenta cual era la parte que más se destacaba en mi de la frase “pavo real”.
- Vamos che, sáquenlos rápido que quiero jugar –gritó Búho y sus compañeros largaban alaridos parecidos a las risas, pero de las hienas. Iban a alimentarse de la carroña de nuestra actuación, y estaban oliendo la carnicería que se avecinaba.
Y empezó nomás el primer partido. Me acomodé por la izquierda, porque de las dos piernas, era la que menos me molestaba para patear.
Ayudante se puso de último hombre, un puesto de responsabilidad y en el cual se necesita mucha voz de mando… hasta en eso éramos ridículos, ayudante era tartamudo!. Antenita marcó el césped frente al arco, como hacían los arqueros profesionales; pero yo, que iba al mismo curso que él, sabía que era para tener una referencia visual, algo para lo que no le servían los ojos. Astigmatismo.
Charangus estaba en trance ritual. Nunca supe por que, pero la violencia contenida en el la canalizaba hacia donde quería, y ese día sus objetivos iban a ser un par de tobillos y varias docenas de rodillas de los alumnos del Instituto Zona Parque.
Éramos una mala copia de equipo, pero contábamos con Huey y Chilo. Huey podría decirse que era el guerrero, corría y corría como si de ello dependiera su vida. Cierta vez escuché a uno de los chicos comentar:- Vos lo pasas a Huey y enseguida aparece nuevamente delante tuyo… ¡juega con un hermano gemelo y no nos dimos cuenta aún! –
Chilo era el viento en la cancha. Inalcanzable. Hay quienes juraron verle alas en los pies, como los dioses, y luego fueron objeto de burla al por mayor… aunque después de este partido, mis dudas disminuyeron.
Mi misión principal era tirarla para adelante, pero Chilo me había encargado algo. Y ese algo se iba a cumplir a rajatabla. Sacaron los de quinto y se vinieron al trote, cual tropa de combate. Individualicé a Juanca, que traía la pelota y antes de que supiera como, le había pegado tal patada en el tobillo derecho que hasta yo me sorprendí. Pero ahí no terminaba mi participación, no podía reducirme a un simple instrumento de la violencia controlada, por lo que mis aspiraciones crecieron. Ahora quería mas.
Del foul cobrado, Huey recuperó la pelota y se la tiró larga a Chilo, por la izquierda del campo. No era su mejor perfil y prácticamente no tenía zurda, pero las alas de sus pies cobraron vida dejando parado a uno de los chicos (creo que era el Padre Ciescu, otro apodo de origen dudoso) como si tuviera raíces arraigadas en el campo. Enfrentó al arquero, arqueó su cuerpo de forma imposible para simples mortales y definió de derecha al segundo palo. Gol.
Yo casi no lo festejé, solo atiné a saludar a Chilo cuando me pasó cerca. No me daba la cara para festejar semejante conquista echa por otro.
-Vamos eh! Huevos que todavía falta – me dijo.
Afuera era el silencio.Estupor, asombro. Nadie podía salir de la sorpresa. Estábamos ganando.
Los de quinto se vinieron encima a puro toque. Era doloroso ver como Huey corría y corría a cuanto rival se le cruzara. Y nosotros atrás, atrincherados, esperando el momento. Juanca, dolido, me pasó la pelota por entre las piernas y ya no supe donde estaba el norte o el sur. Presentí lo peor, el empate estaba al caer. Pero apareció Charangus con una barrida que nada tenía que envidiarle a una retro excavadora. La pelota quedó boyando y Ayudante hizo honor a su apodo, la terminó de revolear al medio de la cancha completando la faena. Y ahí apareció el rugido del leòn. Chilo la agarro enseguida y casi sin dejarla picar se la tiró a Huey, que pasó como una locomotora, puro corazón, corriendo por la izquierda. Se, porque me contaron, que el Padre le pegó una murra que no se condecía con su pontificio apodo, pero Huey lejos de quedarse tirado se levantó, herido, para darle de zurda a la pelota. Su disparo me recordò a un cañon naval de alguna pelicula de piratas, dada la violencia del mismo. Pablo, que estaba atajando, se dio cuenta del destino de gol de la pelota cuando ya estábamos abrazados festejando. Esta vez si habíamos participado. Y el partido era nuestro.
Juanca se fue cojo, sin terminar de comprender que el que lo había sacado del partido era yo. Sus compañeros dudaban de la existencia de Dios, algo impensado sobre todo para el  Padr Ciescu, quien no solo dudaba de su fe, sino de sus dotes como marcador y golpeador defensivo.
Entraron los de cuarto, no sin antes mofarse del equipo derrotado, y se acomodaron en el campo.
Primera pelota que tocan y el Búho, más que Búho un zorro viejo, le dio de mitad de cancha. El también conocía la debilidad de Antenita. La pelota pasó veloz hacia uno de los ángulos. Era un tiro hermoso, de los que uno paga entrada para ver.
Antenita no se movía y la pelota llegaba. Casi estaba adentro; incluso el Búho
había levantado los brazos a modo de festejo anticipado. El vuelo de nuestro arquero, necesitado de lentes, fue sublime. Una muestra de reflejos dignos de un felino. Se arrojó y con la mano derecha la sacó al córner. Se levantó sacudiéndose el polvo y el pasto reseco. Huey le tocó la cabeza, pero sin decir nada. Sobraban las palabras. Se estaba recibiendo de león.
Llegó el centro y lo descolgó antes de que nadie reaccionara (¿quien podía estar entero y reaccionar luego de ver a un astigmático con lentes culo de botella sacar un pelotazo fenomenal?) y se la tiró larga a Huey. Los roles, esta vez, se invirtieron. Corrió hasta casi enfrentar al arquero y cuando este salía a interceptarlo, dejo la pelota en el carril derecho , donde había llegado Chilo, para que este la empujara al gol. Volvieron riéndose, apenas respirando agitadamente, como si de un paseo en el parque se tratara.
El Búho estaba como loco, y se lo hizo saber a sus compañeros. Redoblaron esfuerzos y nos asediaron. Saque varias pelotas, ayudante también, al grito de “cu.. cu… cuida al Búho “ lo que provocaba risas, pero no para nosotros. Su voz nos sonaba como ordenes del general San Martín en plena combate de San Lorenzo. Charangus se movía como pez en el agua. Aplicaba codos y rodillas en las partes nobles y rostros de nuestros adversarios, lo que los debilitaba, pero sobe todo, debilitaba su orgullo.
En un despeje fortuito la tiré accidentalmente detrás del último defensor rival. Como por arte de magia ya estaba Chilo ahí. Le dio de derecha, fuerte, al medio, y el arquero se corrió para dejarla pasar. Temor. Choclón, en el arco, siempre tenía miedo. Pero como su suerte era mayúscula, la pelota nunca entraba. Esta vez no fue así. Y cuarto salió de la cancha con caras largas y de pocos amigos.
Entró el otro equipo de quinto, con Miguel como abanderado. El jugaba en las inferiores de Rosario Central. Era, podría decirse, lo más profesional que había en la escuela en materia de futbol.
Atajaba el Gato, que tenía fama de sacar todo lo que le tiraran, incluso una bala.
Atrás estaba Germancito (2.02 metros de altura), un gladiador nórdico que intimidaba.
Yo espiaba de reojo a las chicas del vóley, a ver si  se estaban dando cuenta de mi hazaña. Me sentía un hombre, no el idiota que llevaba la bandera en cada acto escolar, cuando hubiese preferido quedarme entre la turba de amigos, cerca de ella, charlando entre el himno y los discursos.
Esta vez sacamos nosotros. Huey se la dio a Chilo y este me la tiró a mí. Ver venir esa pelota fue como si los jinetes del apocalipsis me señalaran para perseguirme. No tenía idea de que iba a hacer. Para colmo, Miguel enfiló hacia mi lado, seguro de recuperarla pelota.
-que hago Dios… Ana me debe estar mirando, no quiero quedar como un pelotudo, ¡pero si soy un pelotudo! No, no soy… si, lo soy… la suma de los cuadrados de los catetos… esto no me sirve. –
Mi mente era un torbellino, y la mole de Germancito se sumaba al asedio de mi frágil figura.
Quise dársela a Huey, larga, lejos, y que se arregle. Todos me leyeron la intención y se encaminaron para allá a marcarlo, pero le pegué tan mal que salió hacia el otro lado, donde no había nadie. En realidad estaba Charangus, que patrullaba la zona en busca de sangre. Y le quedo ahí, con 10 metros para recorrer, enfrentar al arquero, marcar el tanto y festejar como un ganador. Así de sencillo, Solo que se trataba de él, y podía suceder cualquier cosa. Correr, corrió bien, se enfrentó al arquero con gallardía y… se cayó cuando quiso patear. La pelota se iba irremediablemente junto al palo, impulsada por alguna parte de su cuerpo cuando llegó Huey con su último aliento, deslizándose, y la empujó dentro del arco.
Esta vez yo rugí de alegría; nos tiramos encima de Charangus como poseídos por la vorágine del momento. Era para llorar de la emoción. Y la emoción se había contagiado afuera, porque a nuestro grito se sumó el de los chicos de primero y segundo. Coco se reía como loco, le parecía estar viendo una película cómica, una de Bud Spencer y Terence Hill; incluso mandó a buscar a los directivos de la escuela. A los preceptores… todos estaban ahí. Ver a los que, quizás, éramos los más torpes deportistas de la escuela ganar sin parar, no tenía precio. Con el tiempo la cantidad de gente que afirmaba haber visto esos partidos creció exponencialmente, como toda leyenda.
La reacción no se hizo esperar. Germancito avanzaba, imparable, con pelota dominada, asediado por Huey, quien con un tamaño menor, no podía imponer el físico. Chilo estaba volviendo por la derecha, pero se veía que no iba a llegar. Cerré los ojos y le fui con todo, al choque. Me desparramó como a un conejo. Era una mole en movimiento, solo le faltaba un mazo de combate para completar su imagen de Thor; sin embargo trastabilló. Fue como oler la sangre para un tiburón, y ya estaba ahí Charangus. Volvió a derrapar hasta pegarle un planchazo en la rodilla, golpe que le habría valido la expulsión de cualquier pandilla de facinerosos. Pero eso no bastó para frenarlo, aunque ya se veía que no pasaba de ahí… en el último instante, Charangus había hecho correr la pelota lejos de Germancito, pero sin buena fortuna. Le había caído a Miguel. Este la paró, cabeza en alto, postura elegante, la puso bajo la suela y encaró. Huey quedó desairado con un quiebre de cintura, Ayudante no llego a tiempo y cuando Antenita se tiraba al piso, desesperado, se la picó por arriba del cuerpo y salió a festejar el gol.
Volvíamos a la realidad. Los leones no eran dioses, y si lo eran, se cansaban igual que el resto. Había amor propio, pero los demás también jugaban. Volvieron los temblores y la sudoración nerviosa. Las chicas habían dejado vóley y también miraban, toda la escuela miraba. Y estábamos por ocupar nuestro lugar, el de los fracasados, el de los hazmerreir de todos.
Chilo y Huey habían soñado con algo de ayuda de nuestra parte, pero se habían dado cuenta que todo era un espejismo. Que, como decía la señora De Perrone, vicerrectora del establecimiento, “lo que natura non da, Salamanca non presta”. Y a nosotros no había universidad que nos sacara de perdedor.

2008-10-21

Los dos leones - Parte I

La década del noventa propició hechos heroicos en el fútbol. Arrancó con Argentina llegando a la final del mundial del 90 contra perversos arbitrajes y una mano oscura nunca confesada de parte de la FIFA, Rosario Central remontando una final internacional en el 95, luego de perder el partido de ida 4 a 0 (único en la historia) y muchos otros ejemplos; pero este que voy a contar, además de heroico, me tuvo como protagonista.
¿Qué decir de una época (la escuela secundaria) donde mis recursos como conquistador no sobrepasaban de un  "hola" para quedarme luego callado, sin palabras, transpirando las manos y todo colorado ante el especimen del sexo opuesto a quien queria con ansias conquistar? Es decir, no ganaba ni comprando todos los boletos.
En lo deportivo, mi madre, ferviente católica, creía que los movimientos vivos eran el camino a la perdición, y el fútbol concretamente, el pavimento para ese camino.
Nada deportista, nada galán, mis notas siempre eran buenas (¿algún beneficio tenía que darme la naturaleza, no?). Y eso, sumado a un extraño toque de suerte, me llevó a estar ahí y formar parte del equipo de "los dos leones".
La costumbre de quienes destacaban en los deportes (en especial el fútbol) era llegar a la clase de gimnasia bien temprano (unas 3 horas temprano), entrar corriendo a la cancha multideportes y despacharse con una seguidilla de partidos entre los equipos que ahí se armaban.
Coco, el profesor de educacion fisica, hacía años que había perdido la capacidad de preocuparse por la formación de sus alumnos, así que les largaba una pelota y ellos, como perros tras una liebre, se desbocaban tratando de alcanzarla.
El resto, los desterrados, los que sabíamos que la suma de los cuadrados de los catetos era igual al cuadrado de la hipotenusa, pero que cuando nos daban una numero cinco, casi con lástima diría, la enviábamos irremediablementeal baño de señoritas (tres pisos más arriba) a modo de devolucion,  o que creíamos que pegarle a la pelota de punta y de taco era prácticamente lo mismo; rumiábamos en la cancha de vóley esperando alguna lesión para que, a falta de uno, nos dejen jugar con los que "sabían" y, así, compartir un poco de gloria, aunque sea prestada.
No voy a mentir diciendo que no tuve oportunidades. Definitivamente era horrible jugando y me cansaba al pensar en dar tan solo una zancada para alcanzar la pelota. Así que esperaba mientras veía el futbol pasar delante de mis ojos.
Ese día, Chilo y Huey llegaron tarde. No sé por que, pero ahí estaban, cuando los equipos estaban armados y ya no había donde meterse. Ellos eran más grandes que yo, estaban en cuarto año, pero gracias a la ideología escolar, había trato entre todos, así que saludaron y se dispusieron a entrar.
- ¿Ustedes juegan? - Preguntó Huey
Yo no lo podía creer, sobre todo porque dije sí en seguida, sin pensarlo siquiera. Miré para atrás y había tres chicos más que se plegaban a la propuesta. Chilo nos miraba de reojo, presintiendo lo poco que duraría en la cancha con semejante fauna.
Estaban "Antenita", también conocido como "Estalactita"  (dos deformaciones de su verdadero apellido inventadas al calor de alguna noche entre amigos) cuyo logro máximo a nivel muscular era la digitación en la flauta traversa. Él se ofreció como arquero. Se sacó los lentes con pulcritud y se quedó esperando, como los demás.
Luego se aproximo CharanGus (había sacado el apodo de un programa de television donde había una tribuna con un grupo de gente que actuaba en el programa; entre ellos uno en particular, apodado "Charanguito"). Era tan penoso deportivamente como el de la tv. Lo que lo diferenciaba de mi (por suerte) era su abultada dosis de acné.
Por último, el "Ayudante"(habíamos visto que había trabajado de ayudante de alguien durante las vacaciones de verano). Con el tiempo se convirtió en "ayudante" a secas,perdiendo para siempre su nombre real... y a decir verdad, eramos pocos ya los que recordábamos  su nombre verdadero. El se preparó a conciencia comenzando con una sesion de calistenia para calentar los musuclos, mientras su ceño fruncido me hacia suponer que estaba pensando, al igual que nosotros, como habia llegado ahi.
Hubo una especie de intento charla técnica dictada por Huey. Se nos paró delante y dijo:
-Bueno, vamos a tratar de jugar de contra y...
-Pará boludo -lo interrumpiò  Chilo- Mejor hagan esto: pelota que les pase cerca, la revolean para adelante, que nosotros nos arreglamos.
Huey lo miró, pero se ve que terminó aceptando que era lo máximo que se podía hacer y agregó:
-No tengan miedo en dar alguna murra, si se arma, nosotros también repartimos.
El partido previo tenía como posible ganador al equipo de quinto, todos de pelo largo al estilo de los actores juveniles televisisvos de la decada del 90 (un programa, la Banda del golden rocket, estaba haciendo estragos entre nosotros y en nuestra imagen), donde el toque resaltaba, pero había poca garra. Iban ganando uno a cero y faltaban dos minutos para que terminara (los partidos eran a dos goles o a diez minutos).
A mi no había parte del cuerpo que no me sudara, estaba sumamente nervioso porque se agregaba un aliciente: las chicas estaban haciendo gimnasia en la cancha de vóley. Había una que me gustaba, ¿pero que decir?
Lo cierto es que el equipo de los chicos de quinto estaba bailando a los de cuarto y el segundo gol estaba al caer. La alfombra natural marrón clarito, escasa de cesped,  trasladaba la pelota de un lado a otro, imaginando su próximo destino de red. Y ese iba a ser el momento de saltar a la cancha. El corazón se aceleraba cuando una pelota pegaba en el palo, o el arquero la sacaba con dificultad.
-Hay que marcarlos a Tincho y a Juanca - dijo Huey
-Es un puto Juanca - respondió Chilo y me miró. -apenas empecemos, metele una murra bien fuerte, vas a ver que no juega más.
Me estaban tratando como uno más, como si jugara con ellos desde siempre. Y eso me me hizo entrar en confianza. He gritado al ver un ratón, tan asustado como yo, correr por la cocina... Pero esta vez comence a sentirme valiente. Sea lo que sea que significara eso en futbol.
Charangus tenía los ojos inyectados. El creía que pegar era un arte, algo parecido a lo de los samuráis, y pensaba ponerlo en práctica apenas pudiera.
Ayudante seguía enlongando, serio y callado. Rumiando sobre como construir un cimiento en el área y levantar una pared defensiva. Era obvio que no confiaba en sus piernas.
Antenita creo que ni nos veía, a pesar de estar a dos metros de distancia, pero seguro escuchaba. Se lo notaba tenso. Como a punto de ejecutar una sonata de Bach con su flauta, solo que con menos música y con más golpes. Supongo que con semejante defensa jugando delante de él, pensaba recibir pelotazos hasta en las axilas.
Y el momento llegó, segundo gol de Juanca y los de cuarto que se iban. Se putearon un poco y se recriminaron falta de huevos, pero la cosa no pasaba a mayores. Estaban contentos, viendo el equipo que seguía (el mio!!) pensaron que iban a tener revancha enseguida. Se equivocaron.

2008-10-19

Rock desde la cuna (literalmente)



Estaba pensando en las influencias musicales de los chicos de ahora, de como las radios para adolescentes les meten por cansancio el reggaeton y demás basuras en la cabeza con poco discernimiento de los pre y adolescentes.
También pensaba en como hacer que escuche buen rock and roll un nene chiquito, ya que no me imagino haciendo sonar metállica para hacer dormir a un bebe... dado semejante dilema existencial, encontré esto: Rockabye Baby Music
El sitio es una creación más para hacer dinero, claro, pero no deja de ser original. Han transformado compacts enteros de bandas muy conocidas en canciones con sonidos poco estridentes y que sirven para arrullar a un bebé, hacerlo dormir o simplemente hacerle escuchar música sin que esta le altere el sistema nervioso.
Hay para todos los gustos. Desde Nirvana, pasando por U2, Metallica, The cure, hasta Coldplay y The Rolling Stones.
Se supone que lo que uno escucha desde la cuna lo termina llevando a través de la vida, por lo que cambiar la gallina turuleca por Smell like teen spirit, o Vamos de paseo por Unforgiven me parece interesante.
No voy a negar que pretendo jugar a Dios al crear a imagen y semejanza los gustos de mi hija, aunque en el fondo la idea es enseñarle a elegir con fundamentos, aunque sea cumbia...
Lo cierto es que si llego a tener otro, ya se que hacerle escuchar sin que la madre me eche a patadas de la habitación.
Si alguno tiene chicos pequeños so sobrinos y quiere probar, voy a tratar de dejar algún link de descarga proximamente.
Mientras tanto, veremos crecer a nuestros próximos Cobains, Waters o Jagger bien desde la cuna.

LGS