32 años después

32 años pasaron desde que la oligarquia terrateniente argentina decidió dar fin al país industrial y retrotraer todo a una Argentina pastoril, con el campo como valuarte, agroexportadora e importadora de productos elaborados, siempre en la necedad y ceguera de verse atados a una potencia extranjera. Y para ello confabularon con sus perros de presa, con su poder de policía privado, los militares.
Disfrazados de patriotas, la banda de ladrones (si alguien pregunta por que ladrones, obsérvese que en cualquiera de los casos donde habia intervención militar, desde el secuestro de un obrero a la intervención de algun ente estatal, siempre, siempre, indefectiblemente, robaban algo) sumó otro cargo a su dossier: el de asesinos. Pero no cualquier tipo de asesino; sino uno en particular que se regodeaba con la tortura sin motivo, la violación, el secuestro, el robo de identidad, todo esto en defenza de entes superiores y abstractos como Dios, La patria, el pueblo; en sintesis, se trataba de argencidas, asesinos de argentinos pretenecientes al pueblo o la patria que aclamaban defender.
Pero bueno, si bien hubo ratas que los apoyaron (incluso años después de haberse marchado del poder, como la basura de Menem) tenemos memoria para que no puedan esconderse, para que sepan que quienes recordamos los tenemos presentes, genocidas, y que no hay lugar en el mundo donde se puedan ocultar.
32 años después, sigue el compromiso generacional: nunca más.

A!