Segunda respuesta de Victoria

Esta vez fue Lola la que nos llena la vista con su respuesta a Juan. Le gustó en su momento la primera carta y se enganchó con la respuesta, que llegó apenas minutos después que la de Natxus.
En este caso vemos a una Victoria distinta a la anterior, pero igualmente profunda en sus sentimientos.
Te agradezco Loly por la participación, y publico gustoso tu material.
Besos!

LGS

p-d: como lo hizo Natxus, tenés que publicar ambas cartas en tu blog, no te olvides.


Juan, mi querido Juan,

La nostalgia que me invade es inmensa. Creo que no esperaba recibir tu carta. Ese tren del exilio es distinto del tren que soñamos abordar alguna vez, para recorrer la ciudad juntos.

Aun puedo escuchar las cadenas de tus sombras, esas que me sorprendían cada noche. Nunca encontré las palabras para poder decirte que me aterraban de sobremanera, y ese miedo tangible que trataba de esconder cuando te miraba me hacia sospechar que algún día los fantasmas del pasado vendrían a robarte, a robarme.

Me diste más de lo que crees, pero menos de lo que necesitaba. Me fue necesario elegir y preferí marcharme de tu lado, tenía que ponerme a resguardo, abrazarme a mis pensamientos y sentimientos y rearmarme. Me hubiera gustado quedarme y verte descartar a los impostores de siempre, pero no puedo hacerlo. Son tan trágicas las sombras y me estaban haciendo daño. Perdón, es un acto de cobardía que estoy segura no esperabas de mi; pero sé que entenderás.

Quisiera que recuerdes que juré protegerte de vos mismo y de mi humanidad aquella noche en el puente y si bien no estábamos preparados para un final así, comprenderemos con el tiempo que ha sido lo mejor, tenemos muchas asignaturas pendientes.

Habrá un día en que estas puertas se volverán abrir, para ese entonces seré otra mujer y habré lamido las heridas de este amor incompleto y tembloroso. Prepararé café del que te gusta, para dos y confió que mi mirada diferente podrá volverte a “ver”, nuevamente y habrá un abrazo que te aguarde para aliviar el paso cansado de tu andar, en memoria de lo que no ha podido ser.

No te olvidaré e imaginaré que el recuerdo de mi sonrisa la llevas tatuada como una suerte de talismán. No me olvidarás y quiero que sepas que guardaré cada mínimo instante como un recuerdo imborrable.

Buen viaje.

Victoria.