Bien, esta es una carta publicada en el diario "la Capital" de Rosario y me pareció bueno publicarla yo también. Estoy de acuerdo en la mayor parte de lo que dice, y no tanto en solo una pequeña fracción de la misma. de todas maneras, sin castigo a los culpables, el olvido y el perdón es imposible.
Ariel
Ni olvido ni perdón Si bien mi fecha de nacimiento indica que soy "hija de la democracia", no puedo evitar sentir, como argentina, dolor y angustia por todo lo acontecido en nuestro país durante el período militar. Estos días estuve observando la cantidad de propuestas culturales que, impulsadas por la Gobernación, se dan cita en la Plaza Cívica (San Lorenzo y Dorrego). Aclarando que no tengo nada en contra de que la provincia realice estas jornadas (todo lo contrario, toda apertura a manifestaciones culturales cuenta con el más sincero de mis apoyos), me pregunto: ¿merece un lugar tan oscuro y despreciable albergar fiestas populares, risas, canto, reunión, comunión? ¿Merecemos los argentinos llamar Plaza Cívica al lugar donde lo que menos se ha respetado son los derechos civiles y políticos de las personas? Creo que no. Sé que se puede argumentar que el objetivo de la plaza es, justamente, presentarse en sociedad como una suerte de "monumento a la memoria", al comenzar a formar parte de la cotidianeidad de la ciudad. Pero presiento que el resultado será el inverso: al insertarse como "cotidiano" un espacio que poco tiene de irrelevante lo único que hacemos es ir borrando poco a poco de las memorias el sentido social e histórico que este lugar encierra hoy para casi todos nosotros. Por eso pregunto: ¿olvido y perdón? Por favor no.
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