No llores mujer. Te dejo mis cintas, que son
mías pero tan tuyas. Voy a recorrer lo que haga falta, lo que el destino me diga. Pararé donde deba y siempre, siempre, pensando en vos unos minutos.
Teniendote presente en cada piedra, cada arbusto, cada rostro o cada despedida que me depare el camino. No quiero llevarme el recuerdo de tus últimas lágrimas, tus manos frías y tus besos, tu
abrigate bien y los guantes de lana, como ultimo obsequio.
No se lo que me espera, y de poder saberlo, no lo
haría. Demasiado con la ansiedad de dejar mis lugares, mis recuerdos, mis sentimientos debajo de la alfombra de entrada de mi casa junto a la llave que abre los recuerdos del pasado.
No llores... se que no voy a volver, y que lentamente iremos desapareciendo el uno del otro, hasta ser recuerdos fantasmales
redimensionados según nuestro momento. Recuerdos en algunas fecha, en algunas canciones y libros.
El mundo va a seguir girando, impasible... vos deberías estar igual. A la vuelta de la esquina, deberías estar igual.
LGS